Este fin de semana fue, como mínimo raro, pero definitivamente no fue aburrido. Empezando el viernes a la noche con una serie de llamadas muy MUY estresantes... de las que no voy a dar mas detalles. El sábado comenzó una visita de mi novia a eso de las once de la mañana. Una visita no muy agradable al principio. Odio verla llorar.
Cuando pasamos esa etapa ella se tiene que ir debido a unos problemas familiares. Mas llanto. Odio eso. Odio esa injusticia de verla llorar. De que siempre tenga que llorar.
Estuvimos hablando por el celular hasta bastante tarde, lo suficientemente tarde como para que la batería empiece a fallar y el sueño a ser insoportable.
Llega el domingo, dia de la madre, evento de league of legends, tareas por completar. Algo tiene que ceder y las dos primeras opciones son demasiado importantes como para dejarlas de lado. Obviamente a alguien le tendré que robar la tarea, posiblemente negociar algo. Algo que no piense cumplir por supuesto.
Se termina el tiempo y todavía queda tanto para contar. Hasta la próxima por ahora.
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