Seres extraños, que flotan, nadan y caminan. Seres que se comen el trigo como una plaga por momentos o simplemente se ven deambulando por los prados. Seres que parecen convivir en armonía con la naturaleza y el hombre. Que serán ?"
Esas eran las reflexiones del joven Albert mientras regresaba a su casa a las afueras del pueblo después de comprar un poco de pan. Reflexiones que le venían a la mente siempre que contemplaba esas bizarras criaturas que se desplazaban como neblinas negras alrededor de su morada. Esas criaturas de rostros luminosos y ojos sin pupilas.Esas reflexiones pronto cesarían. Pronto la pregunta acerca de la naturaleza de estos seres se convertiría en una certeza. Una convicción.

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